martes, 1 de abril de 2014

20 Festival Internacional de Cine Mediterráneo de Tetuán


Un año más el Festival Internacional de Cine Mediterráneo nos trae interesantes películas de todos los países del Mediteráneo a los maravillosos cines de la ciudad de Tetuán. El Festival termina este viernes, en nuestra página web podéis encontrar las películas que se proyectan a lo largo de la semana en el Instituto Cervantes.

Entre tantas películas y sesiones repartidas por la ciudad, ayer nos emocionó descubrir a una intrépida cineasta española que presentaba a concurso su película Family tour, y que tuvimos la suerte de conocer, junto con la actriz protagonista de la película, en un debate programado después de la proyección en la misma sala de cine. A ambas hemos querido dedicar una crítica en nuestro blog de la biblioteca.


Irse de casa es difícil; regresar, lo es aun más.

Ayer tarde, último día de marzo de 2014, a las cuatro, en el majestuoso cine Avenida de Tetuán, la pantalla se llenaba con Family Tour, dirigida por Liliana Torres. Quienes hemos emigrado y volvemos a casa, como dice la canción, por Navidad, sentimos el argumento de forma muy próxima, tocándonos casi y explotando alegremente con tonos musicales e intimistas. La directora ponía en escena a toda su familia, y nos regalaba su historia personal, la de Lili, encerrada en el cuerpo de la actriz Nuria Gagó. Una suerte de puzzle al que le falta una irremediable pieza mostraba en la gran pantalla un inventario de conflictos emocionales sin resolver; mucha incomprensión; la intersección de lenguajes distintos; y un derroche de ternura.

La película o “comedia naturalista con cierto sabor agridulce” es de corte autobiográfico. En palabras de Liliana Torres, el título hace referencia a los programas concertados de consumo y ocio, los frecuentes “family packs” de parques temáticos, por ejemplo. La experiencia creativa consistía en cerrar un ciclo y permitir una catarsis para resolver lo afectivo y lo emocional; en suma, para crecer, amar y permitir ser amada. Pero reencontrarse no es fácil, nos pesan las infancias que idealizamos y quedan impresas en la memoria como refugios y realidades a menudo desvirtuadas. Crecemos y las prendas infantiles ya no nos dejan libertad para movernos, aunque insistamos en vestirlas. La necesidad de la desnudez y el reconocimiento fuera de los árboles genealógicos arranca lágrimas y desconcierto. Lo anecdótico juega un papel importante en la obra, así como esas curvas interminables y algo laberínticas de camino a la ciudad. Y la reflexión crítica va alternando con la rigidez mental o la “frigidez emocional”. El cariño oscila entre “terrorismo inspiracional”, robos de plantas, ceniceros llenos de colillas, y visitas al cementerio. Muchas preguntas, y muy sugerentes, pero ninguna respuesta gratuita. La sombra de la tía Cloti, protagonista ausente, nos deja sin respuestas, así como lo hace la cantante del concierto y el antiguo novio que ha decidido amar a otro hombre.

La actriz y protagonista, Nuria Gagó, impecable y sublime en su interpretación, nos obsequiaba ayer con una amplia sonrisa y nos contaba lo especial que había sido rodar junto a actores sin experiencia profesional y sin formación dentro del séptimo arte. Convivió con ellos y elevó tanto el grado de empatía que tras la finalización del rodaje enfermó de manera encadenada y como resultado, quién sabe, si del agotamiento o de su propia catarsis…

De reencuentros con la familia también nos han hablado con bellas imágenes y guiones exquisitos Sâad Chraibi en Femmes en miroirs (2011); Mar Coll en Tres días con la familia (2009); y Laïla Marrakchi en Rock The Kasbah (2013). A diferencia de Lili, que regresa a pasar unas vacaciones, en estas tres obras, las mujeres vuelven a casa por fallecimiento de algún familiar, acaecido ya o esperable. Las cajas de los secretos se abren, las miradas se cruzan construyendo complicidades, y la emoción contenida asoma disfrazada de lágrimas o de sonrisas. Estas cuatro obras cinematográficas dibujan un buen escenario en torno a mujeres con proyectos propios de vida que bailan entre dos aguas: familias que las anulan e invisibilizan y les hacen sufrir; y, familias que responden a ese trampolín desde el que saltamos con grandes alas y muchos miedos a la vida adulta, saliendo de los nidos, por voluntad propia o sintiéndonos expulsadas. En definitiva, ese arco del que hablara hace mucho tiempo Ŷibrān Jalīl, desde el que somos lanzadas como “flechas vivientes” a la vida.

Un grande y sonoro aplauso para Liliana Torres Expósito y para toda su familia, se lo merecen.

2 comentarios :

  1. ¿Tienen en la biblioteca esta película? ¿se puede tomar prestada? Hay tantas buenas películas proyectándose a la vez que es muy difícil elegir, y acertar. Y con el comentario que han colgado, la verdad es que es para no perdérsela...¡Que viva el cine, y si es bueno, que viva más!

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    1. Querido lector, desde luego esta película era un ejemplar original que merecía la pena disfrutar en pantalla grande. Y por cosas del azar, ayer volvieron a proyectarla en el cine Avenida llegando así a más espectadores, algunos habían incluso leído ya la crítica del blog y nos comentaron la expectación que ésta les había creado. Esperamos tenerla igualmente en la biblioteca cuando aparezca en DVD. Mientras tanto disfrutaremos al máximo de este Festival y del cine en pantalla grande, ¡Viva el cine!

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